jueves, 15 de octubre de 2009

Un poquito de por favor.

Es evidente que sufrimos una crisis devastadora de valores.
No sé si la defensa a ultranza del individualismo y la permisibilidad de comportamientos, otrora considerados impúdicos y hoy en día tomados como psicológicamente sanos, deben ser invariablemente respetados por íntimos y personales. ¿Hasta dónde se puede o se debe transigir con esas nuevas manifestaciones del comportamiento? ¿Hasta dónde se deben tolerar esos comportamientos sin ayudar a reafirmar los valores caducos de una sociedad reaccionaria y moralista? ¿En dónde están los límites y las fronteras? ¿Cabe preguntar si ir a contra las tradiciones y las buenas costumbres es ir necesariamente pro natura? Pero ¿cabe también preguntar, si ir a favor de ellas es obligadamente necesario para sustanciar nuestra esencia?¿Qué marca los límites de esos nuevos apetitos de la líbidio que nos redefinen en nuestras relaciones personales?¿La moral?¿La naturaleza?¿La psique?¿La sociedad?¿Será que no son tan malos los límites que nos impone nuestra senecta moralidad?¿Será que debemos aceptar que la sinergia de la fe en la pecunia, la cultura del arribismo, la ciencia del poder y la tecnología para el consumo irán modificando irreversiblemente la naturaleza de todos los impulsos naturales básicos?¿ Es ello razón suficiente y justificada para tener que aceptar la violencia sexual y la transgresión a géneros y especies?
¿Qué o quién pone los límites?
¿Podemos confiar en la naturaleza, si la naturaleza está cada vez más dañada?
¿Basta el Derecho para mediar en estos aspectos?
¿Necesitamos una contracultura que nos redefina a todos?¿Necesitamos retomar los principios básicos de convivencia?
Yo ya no sé que pensar, ni que nos está pasando. Hasta donde vamos a llegar.
Ya no hay moral, ya no hay decencia.

6 comentarios:

Miranda Hooker dijo...

Jajajajaja, el caso del burro lleno de vigor y la vaca topless que atrajo su fin, por provocadora.

A mi se me hace que todo fue un ardid para que el Belén tuviera más rating.

Eso es buscar la nota periodística hasta en la paja, y no pedazos. Me hiciste el día.

Hluot Firthunands dijo...

Que el burro trate de abusar de la vaca lo puedo aceptar.
Que la vaca huya tambien lo acepto.

Pero que el caso sea motivo de juicio, definitivamente me parece una intromicion en la vida del burro y de la vaca.

¿Com que derecho los humanos decidimos sobre las preferencias sexuales del ganado?

Miranda Hooker dijo...

Jajajaja, no sé qué me dio más risa: si el caso zoofílico-jurídico, el enfoque de Enrixen o el comentario de Hluot.

Ana dijo...

Aunque parezca surrealista, que suceda algo así en Cádiz es de lo más normal, no me sorprende para nada.

Os lo digo yo, que tengo un amigo gaditano.

enrixten dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
enrixten dijo...

Hluot:
Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario. El respeto a la intimidad sexual, aún con sus desviaciones, es un derecho ajeno por pecuario que sea. Empero, y aunque la vaca parecía una res nullis y el burro pudo haberla tomado por una res derelictae -cosa que podría darle algún derecho para poseer su cuerpo sin más requisito jurídico que su voluntad-; la res, la vaca, no estaba ahí por ser una res publica sino por ser una res privada. El argumento de su paleto dueño es que fue acosada contra su voluntad y ahora la vaca pasó a ser el cuerpo del delito, y al no ser una muerte natural – aunque se puede argumentar que fue natural que se haya muerto si se calló por un terraplén- el caso debe seguirse de oficio. Ya vez que habiendo abogados entremedias, todo se complica. Así las reses, digo las cosas.

Miranda:
De entre el mió y el suyo...El comentario de Hluot es mejor. Este blog vale por los comentarios y por las opiniones que se hagan y solo por eso.
Por eso es un Ágora para la Doxa, la pseudoconcreción y la patafísica.
Por otro lado: A pa' burrito zocarrón que se buscaron para adornar el nacimiento viviente ¿no? Creo que para esas cosas de tanta trascendencia espiritual deberían de seleccionar con más cuidado a sus actores.

Ana:
Por el bien de tu amigo y por desconocimiento de cómo son los gaditanos:
¿Podrías ser un poco más explicita en tu comentario? ya que dejas cabos sueltos e invitas a pensar en:
a) Su personalidad.
b) Su moralidad.
c) La intencionalidad en sus relaciones.
d) Sus preferencias sexuales.