martes, 29 de noviembre de 2011

Haciendo poesías

Así se escribe una poesía...

La poesía crea signos.
La poesía no admite sinónimos.
La poesía trastoca significados
y los carga de ritmo, silencio,
sonido y sentimientos.

Veamos este ejemplo:

ºº@ (Y) scpsj  casi es  ºº@ & scpsj 
pero no, porque estéticamente
(Y)  no puede reemplazar a &
y simbólicamente
& no puede ser sustitudo por (Y) 
aunque signifiquen lo mismo.

Solo ºº@ & scpsj
puede ser ºº@ & scpsj
porque ºº@ & scpsj  
es la mejor forma de expresarlo. 

La poesía crea signos.
La poesía no admite sinónimos.
La poesía trastoca significados
y los carga de ritmo, silencio,
sonido y sentimientos.

Por eso mismo digo
que ºº@& scpsj 
y nadie como tú.

Tal vez.

Tal vez porque hayamos aprendido...
que con recuerdos no se cumplen las promesas,
que con soledades no se barren las caricias,
que con silencios no se salvan los vacíos,
y que con disculpas...no se hace el amor.

Tal vez 
por eso sea
que  sintamos a nuestros sentimientos
como tiempo intrascendente y pasajero
vulnerado y malgastado por otros.

Y por eso es
que siempre nos quedan
como últimos refugios,

una lágrima propia,
el abrazo de un amigo,
una poesía a la vida
o una canción de amor.





El sentido del canto.


Los nativos en Australia hacen canciones.

Hacen canciones para alabar a todo lo que aman, para todo lo que los rodea. Hacen canciones para todo lo que les da vida.

Con canciones expresan su fe.

Los nativos en Australia cantan canciones cuando quieren llamar a alguien o a algo, cuando quieren que vuelva alguien o algo; alguien o algo que se ha ido, que no está y que saben, que quieren, que puede volver.

Con canciones expresan su esperanza.

Con canciones, los nativos en Australia llaman a sus seres más queridos, a su cariño, a sus sentimientos.

Con canciones expresan su amor.

Con canciones, los nativos en Australia alaban o llaman al sol, a las estrellas, al día, a la noche, al alba, al ocaso. Con canciones llaman a la tierra, a las montañas, al desierto, a los valles, a los ríos, a las nubes, al viento, a la lluvia, al calor. Con canciones llaman a los animales, a sus crías. Con canciones llaman a los árboles, a los frutos, a los troncos, a las hojas, a las raíces, a las flores. Los nativos australianos tienen infinidad de canciones y si algún ser o cosa no tiene su canción y no lo pueden llamar, se la inventan, se la componen, pero nada se queda sin invocar.


Los nativos australianos hacen canciones y cantan para llamar a ese alguien o a ese algo que no está y que saben, que quieren, que puede volver. Los nativos australianos cantan para alabar a sus seres más queridos, a todo lo que los rodea. Los nativos australianos cantan a la vida y a lo que les da vida. Los nativos australianos, cantan y cantan para que su canto alcance a todo aquello a lo que aman y respetan y depositan en su canto todo su amor, su fe y su esperanza.


Con esa lección tan bella de canto y de vida, quiero decirte, que mis canciones serán para tí, mi canto te seguirá, ahí donde estés, para que cuando te alcance, te abrigue de amor, de fe y de esperanza.

Allá donde estés, desde aquí donde estoy, recuerda: yo cantaré para tí, mi canto será para tí.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Las cosas de la ciudad

En esta ciudad,
la gente se vuelve, se marcha, se pierde,
la gente no se habla, no se dice, no se mira,
se vuelca sobre sus preocupaciones,
se ensimisma, se ignora, se olvida,
camina sola, anónima, solitaria.

En esta ciudad,
Ese río interminable de gente extraña,
me difumina, me esfuma, me arrastra;
me vuelve hetéreo, líquido, umbroso, cuasi invisible.
Nadie me habla, nadie me dice, todos se apartan;
me dan la espada, me ignoran, me ningunean;
y navego entre ellos anónimo, solitario;
como caminaría yo solo,
en cualquier otra ciudad del mundo.

Pero a esta ciudad la quiero, la amo, la adoro,
porque las cosas en ella
sí que me dicen, sí que me llaman, sí que me nombran,
sí que me dan mi lugar, sí que me hacen sentir alguno.

Porque cuando paso, las cosas en esta ciudad,
murmuran,
y me cuentan historias; 
y me devuelven mi luz y mi sonrisa y mi anhelo;
y me devuelven el cariño envuelto en ternura.

Porque por ahí por donde voy
las cosas en esta ciudad me recuerdan:  

Las calles que caminamos juntos,
los parques en que cantamos juntos,
los árboles que nos cobijaron juntos,
los bancos en donde nos sentamos juntos,
las escaleras en donde nos reímos juntos,
o los trenes en que hemos viajado
a todos esos lugares
en donde hemos soñado ir
juntos.

Es hermoso...muy hermoso...
que cuando la gente se vuelve,
se pierde, se marcha y me ignora,
las cosas en esta ciudad
me hablen con tanta dulzura
de tí.

Invariablemente

Entre tanto desamor
tanto sin sentido, 
tanto desconsuelo
y poca fe.

Debo agradecerle a la vida
todo lo que he recibido,
pues si tanto amor encuentro
frente al desconsuelo
y tanta fe tengo
ante el sin sentido
es porque la vida, amor,
te ha puesto en mi camino.

Quedo eternamente agradecido
con la vida,
porque junto a tí
no tengo excusa, no hay motivo,
para no ser del todo hoy,
mañana o siempre,
sencillamente feliz.

Pero debo, quiero, de corazón,
agradecerte a tí también, amor,
el deseo de estar aquí,
conmigo tú, invariablemente.

Un atillo de sueños

Si muero..

En un atillo
meteré mis sueños,
subiré corriendo,
me abrazaré a la Luna
navegaré los cielos,
me codearé con Tláloc,
Thor, Vishnú y Zeus.

Conoceré a sus hijas
nos amaremos
podré ser eco, agua,
tierra, viento o fuego,
y tendré mi morada
en otro universo
detrás de las estrellas
con otro firmamento,

y ahí
los esperaré
por si un día quieren
volvernos a ver.

Si muero
alégrense con música, amor,
vino y sexo...

que yo,
yo los recordaré a todos
desde allá,
con ese atillo de sueños.


viernes, 11 de noviembre de 2011

Andanzas tras un poema

Andaré el día, como todos los días,
desde el alba hasta el ocaso,
siguiendo tus pasos, buscando tu rastro;
aunque sepa bien, que si te encuentro,
no serás nunca mía.

Andaré el día, como todos los días,
buscándote en la cara oculta de la luna,
en los lugares comunes, en las estrellas, en el cielo,
o en la sencillez de los milagros que nos da la vida...

y si te encuentro,
mi música musa mujer poema,
aún sabiendo que no serás nunca mía,
aún sabiendo que eres más del cielo,
del firmamento, de los milagros de la vida...

Déjame por favor, mi música musa
mujer poema, destino razón de mi locura,
déjame entonces dejarte un beso tierno
en la palma de la mano
y déjame después verte partir
sin pedirte nada a cambio.

que yo andaré mañana
de nuevo el día
desde el alba hasta el ocaso
buscándote, a tí, siempre a tí,
mi música musa mujer poema,
para decirte, sólo para decirte...

que te amo, que te he amado
que te amaré, a tí, a tí,
mi música musa mujer poema,
sin condiciones, por siempre jamás
y en cada momento... de mis días.