viernes, 31 de julio de 2009

Para no tragarse todo lo que uno lee.

Cuando era niño yo leía mucho durante el desayuno.
Esas lecturas avivaron mi espíritu crítico.

Leí no sé cuantas veces durante casi 12 años.
Ingredientes: Arroz, azúcares, sal yodada, aceite de coco, fosfato tricálcico (calcio, fósforo), extracto de malta, acido ascórbico (vitamina C) maltodextrina, hierro, niacinamida, vitamina A, vitamina B6, riboflavina (vitamina B2), vitamina B12, vitamina B1, ácido fólico, saborizante artificial a chocolate, cocoa y conservantes naturales.

Tenía yo 6 años y me enfurecía mucho cada vez que leía esto. Me enfurecía y me preguntaba: pero ¿qué es esto, qué es esto, qué es esto?

Ahora, 43 años después, por un simple antojo,vuelvo a leer en el desayuno con ese espíritu critico que me formé durante mi infancia y me sorprendo y me vuelvo a enfurecer como antes. Sólo que ahora ya no me pregunto "qué es esto, qué es esto, qué es esto", ahora creo saber la respuesta.

43 años después, lo que yo no sabía entonces, ahora resultan ser cosas de la penetración cultural.
Debe ser así proque estos han inistido en poner machaconamente durante todo este largo tiempo la misma cosa; y como ya sabemos, machacando insistentemente al cerebro, se modifican hábitos y costumbres y se crean las subculturas, que son mecanismos de dominación.

Creo saber la respuesta. Hay dolo de penetración cultural de más de 4o años, en esta acción.
Creo saber la respuesta. No es de a gratis que en el costado de la caja del cereal aparezca la palabra: cocoa.

Cocoa será pa’ los gringos, para los snobs agringados y para los que creen saber inglés.

Debe ser eso, machaconas cuestiones de la penetración cultural. Porque al menos yo, hace 43 años, desde que tenía 6, aprendí, preguntándoles a mi abuelo y a mi padre, quienes me enseñaron a no tragarme todo lo que leía, que la cocoa es simplemente harina de cacao, alias: chocolate en polvo.

Que pena...
¡Y con lo que me gustan los Choco Krispis!

viernes, 24 de julio de 2009

Cosas que se escuchan...

-¿Qué tal anoche?
-Bueno.
-Cómo que "bueno", si tenías la cena puesta.
- Sí, bueno.
-Cómo que "sí, bueno", pero no te pidió ella que fueras a su casa.
-Sí.
- ¿Y entonces?
-Es que no pude.
- La madre que te parió, un gatillazo.
-Qué va… simplemente no pude.
- Pero si te estuviste morreando con ella toda la noche.
- Pues sí, pero no pude.
- Pero cómo que no pudiste si estaba bien buena.
- Pues sí, pues eso, no pude porque en cuanto llegamos a su casa, que se aparece un perrazo, uno de esos como gran danés y yo acojonado y ella, no tengas miedo no hace nada, y yo acojonado, y el perrazo cariñoso que empieza a lamerle toda la cara, y ella a darle besos en la nariz y a decirle extrañaste a mami extrañaste a mami y yo acojonado, y ella ven acércate, siéntate aquí, quieres tomar algo,y yo si gracias, y el perrazo viéndome y yo acojonado sin moverme mucho, y el perrazo babeando junto a mí, y ella ten, es cerveza y yo gracias y el perro venga a lamerle la cara otra vez y ella venga a besarle la nariz y a decirle extrañaste a mami extrañaste a mami, y ella que empieza a hablarme del perro como si fuera su hijo, y yo acojonado y ella no tengas miedo no hace nada, y el perro que ladra y yo todavía más acojonado y ella le caes bien, esta contento, no tengas miedo, y yo más y más acojonado y en eso el guarro del perro que se echa y que alza la patota y saca su lengua y se empieza a lamer la polla y el culo y yo viéndolo todo acojonado, y ella que se me acerca y me agarra el paquete y trata de darme un beso…
- ¿Y luego?
- Pues le pedí que encerrara al perro, y cuando se lo llevó para encerrarlo, que me las piro.
-Que bárbaro, tío ¿y porqué?
- Pues porque al verla a ella besarle la nariz al perro y después ver al perro lamiéndose el culo y la polla y acordarme de que había nada que habíamos estado morreándonos en el bar, ella y yo... pues imagínate... ¡qué asco no!

jueves, 23 de julio de 2009

Crisis existencial (fin)

En mi desesperación por encontrar respuestas a mi crisis existencial voy y le pregunto al I-Ching.

Fíjense ustedes, señores, señoras, niños, niñas, jóvenes y señoritas, díganme, contéstenme, como contesta la mujer araña o la mujer barbuda cuando se les pregunta en los circos.
Díganme, contéstenme ustedes, señores, señoras, niños, niñas, jóvenes y señoritas, si es verdad esto que dicen los chinos y que tan profundamente creen y observan:

Dicen, observan los chinos en su chinesca y confuciana cotidianidad que:

Se deben barrer los pisos después del año nuevo desde la puerta de entrada hasta las esquinas, donde deben dejarse el polvo y la basura por cinco días y sacados después de este tiempo, por la puerta de atrás, sin pisotearlos.
En el año nuevo se deben pagar todas las deudas y no se debe prestar ningún objeto.
No se debe recordar episodios del año pasado durante la celebración del año nuevo.
Es de muy mala suerte decir palabrotas o contar cuentos de fantasmas durante el año nuevo.
Uno no se debe lavar el pelo en esa fecha; y, además, se debe vestir de rojo, guardar buena apariencia y actitud positiva.
Los niños, parientes cercanos y los amigos solteros deben intercambiar sobres rojos con billetes, también en año nuevo.
Nadie debe permanecer en sus dormitorios. Todos deben de estar en el salón principal, celebrando el año nuevo.
No se deben utilizar cuchillos o tijeras en esta fecha, porque corta la fortuna.


En las bodas, se debe vestir de rojo, amarillo o blanco; pero nunca de negro, azul o gris.
Dos personas que tienen el mismo apellido no pueden casarse, aunque no sean parientes.
Se debe pasar a un niño de signo zodiacal dragón por encima del lecho matrimonial para bendecirlo. Bendecir al lecho, no al niño, claro está.
La diferencia de edades entre los consortes nunca debe ser menor de 3 ni mayor de 6 años.

Si se golpea a un animal durante el embarazo, el niño se parecerá a ese animal y el animal se mimetizara de por vida en el niño, irreversiblemente.
Una embarazada no debe utilizar ningún tipo de pegamento, si no quiere tener un parto difícil.
No se debe alabar a un recién nacido para no atraer a los fantasmas y malos espíritus.
Si el ombligo de la embarazada es cóncavo, se le augura larga vida.
Un bebé con más pelo en su corona será malicioso y desobediente.
Un bebé con orejotas grandes y fuertes vivirá en permanente prosperidad.


Un funeral inadecuado trae mala suerte a toda la familia.
Durante los funerales, las estatuas de los dioses se deben cubrir con tela roja de papel y los espejos se deben ocultar.
Una tela blanca se debe colgar en la puerta de la casa donde se vela al difunto.
Los hijos y nietos del occiso no deben cortarse el pelo hasta pasados 49 días después de la muerte.
Para evitar que el fantasma del difunto los siga, los dolientes no deben regresar directamente a su casa después de entierro.

El rojo es lo máximo: felicidad, riqueza, fama, buena suerte.
El negro es caca, mal, desastres y mala fortuna.
El blanco la leche, la leche materna, lo moderno, pureza, honestidad, vida, bienestar.
El ocho, como el rojo, es lo máximo, su palabra es sinónimo y homónimo de prosperidad.
El cuatro está relacionado con la muerte, es de pésimo agüero, tanto que no se debe pronunciar. Es tan malo que ni en los cuartos de hotel ni en los ascensores ni en los números de las casa se pone. Es peor que el trece.
El siete significa desgracia.
El uno soledad.
El nueve, es muy bueno, es sinónimo de abundancia y suficiencia.

Uno no se debe cortar las uñas en la noche, porque atrae a los fantasmas.
Quien escucha a un cuervo graznando entre tres y siete horas seguidas, recibirá regalos; pero si lo escucha entre las siete y las once de la mañana, lloverá y habrá viento; y entre las once de la mañana y la una de la tarde, pleitos.
Si al marido le zumban los oídos entre las once de la noche y la una de la mañana, esa noche “cena Pancho”, y si le zumban entre la una y las tres de la tarde, un invitado llegará pronto, y no necesariamente el Sancho.
Si alguien golpea a una persona con una escoba, le caen años de mala suerte.
Los bigotes son de muy mala suerte.
Tener a una tortuga como mascota en un comercio hace que los negocios vayan más lentos.
Los comercios deben estar ubicados en una esquina y pintados preferentemente de dorado y rojo.
Los contratos se deben de firmar en los días 8.

Además:
Dos puertas enfrentadas en una habitación son de mala suerte.
Un portón que da directamente a la carretera es de mala suerte.
Una casa no se debe construir orientada al norte.
El dormitorio principal de una casa no debe estar situado encima de un garage o un desván.
El comedor no puede estar ubicado más allá del segundo piso.

Y para complicar más las cosas fíjense ustedes, señores, señoras, niños, niñas, jóvenes y señoritas lo que dicen, pues ahora esto que dicen los chinos, reverbera más en mi cabeza que aquel mi dilema no resuelto sobre la lechuza y el indio, porque este dilema, esta máxima, si que está en chino, miren si no:

Si el perro ladra toda la noche, el chino cae en desgracia.

Ahora sé cuánta razón tenía Cantinflas, más sabio que Sócrates y Confucio juntos, cuando dijo:

“Yo solo sé que no he cenado”

Me dejo de dudas y de crisis, y con su permiso, le hago caso al célebre maestro mexicano y me voy a zampar un poco de Espetec con queso y vino.

miércoles, 22 de julio de 2009

Crisis existencial

Tengo un montón de preguntas y de dudas existenciales que me acosan diariamente. Son un montón, en verdad. Estoy abrumado y no logro darles respuesta. Sufro mi existencia como “el Pípila”, cargando cual pesada loza tanto dilema y cuestionamiento no resuelto. Sufro mucho buscando respuestas que no logro encontrar. Sufro en verdad porque a mí no me vale esa socrática y comodina posición de que “yo solo sé que no sé nada”.

Así es que ayúdenme ustedes iluminándome con su sabiduría y su experiencia propia, y díganme si es cierto que:

¿Sacar las maletas a la puerta de la casa en año nuevo, nos trae muchos viajes?
¿Recibir el año nuevo con dinero dentro de los zapatos, nos dará muchísima prosperidad económica?
¿Comer una uva con cada campanada, a la vez que se pide un deseo, hará que se nos cumplan todos ellos?
¿Comer un plato de lentejas en año nuevo, nos asegura la prosperidad para todo el año?
¿Las novias en el día de su matrimonio deben llevar puesta una prenda azul, algo robado, algo prestado y algo regalado?
¿Los invitados a una boda deben tirar arroz a la pareja para que tenga descendencia?
¿Aunque los novios vivan juntos deben pasar la noche de su boda cada uno en su casa o en casa de los padres?
¿Los invitados a una boda deben seguir a los novios tocando las bocinas o haciendo mucha algarabía para alejar a los malos espíritus?
¿El que se casa en enero nunca estará bien económicamente durante su vida de casado?
¿A la mujer a la que le barran los pies es probable que no se case, se case con un viudo o se case ya muy vieja?
¿El novio no puede ver a su prometida con el vestido de novia antes de la ceremonia?
¿Cuándo se caen un tenedor y una cuchara al mismo tiempo significa que pronto habrá boda en casa?
¿El que pasa por debajo de una escalera, nunca se casará?
¿Colocar una sábila o unos dientes de ajo detrás de la puerta trae buena suerte?
¿Si regalamos una cartera o un portamonedas se debe colocar un billete de alta denominación para que la persona que la recibe tenga siempre dinero en ella?
¿Las mariposas azules traen buena suerte?
¿Cuándo se siente comezón en la palma de la mano derecha, significa que pronto se recibirá dinero?
¿A quién le corten las uñas los lunes nunca le dolerán las muelas?
¿Sentarse encima de las mesas conlleva el rechazo de los proyectos?
¿Las mariposas negras que entran volando en una casa significan muerte?
¿Para evitar visitas indeseadas se debe colocar una escoba detrás de la puerta, pero si ya han hecho acto de presencia y para que se vayan, se debe colocar un vaso con agua tapado con un plato?
¿Romper un espejo trae siete años de mala suerte?
¿Soñar que se pierde un diente significa la muerte de un familiar cercano?
¿Abrir las sombrillas dentro de nuestras casas trae mala suerte?
¿Cuándo una persona sale de viaje no debe regresar por objetos olvidados por ser de mal agüero?
¿Regalar pañuelos trae a la persona que los recibe lágrimas, sufrimientos y disputas?
¿Nunca se deben dejar las tijeras abiertas porque eso trae miseria y hambre?
¿Poner dos cucharas cruzadas con sal en sus extremos aleja a las nubes cuando va a llover y que igual resultado da dibujar en el suelo una cruz de ceniza o clavar un cuchillo en la tierra?
¿Barrer los lunes por la mañana trae mala suerte?
¿Si a alguien se le para una mosca en la nariz, recibirá una carta?
¿Las personas que tienen los dientes separados son mentirosas?
¿Las personas que les suda la nariz son muy celosas?
¿Las personas que tengan un lunar cerca de la boca quedarán viudas?
¿Si se enciende una vela roja se atrae al amor, la fe y la voluntad?
¿Si se enciende una amarilla, protección?
¿Si se enciende una verde, prosperidad?
¿Si se enciende una negra, se aleja a los enemigos y a las envidias?
¿Si se enciende una morada, aleja a los vicios y a los malos pensamientos?
¿Si se enciende una celeste, se atrae al dinero, felicidad y viajes?
¿Si se enciende una blanca, se protege a los niños?
¿Si un gato negro se atraviesa en nuestro camino, es mala suerte?
¿Si se cuelga una herradura detrás de la puerta, es buena suerte y si es de borrico mejor?
¿Un cuadro torcido o mal colgado es de mala suerte?
¿Escupir es de buena suerte?
¿Encender tres cigarrillos con la misma cerilla es de mala suerte?
¿Colocar un sombrero sobre la cama es de mala suerte?
¿Derramar la sal es de mala suerte?
¿Apagar las velas de un solo soplido es de buena suerte?
¿Decir “Jesús” o “salud” cuando alguien estornuda es de buena suerte?
¿Encontrarse un trébol de cuatro hojas es de buena suerte?
¿Llevar una pata de conejo es de buena suerte?
¿Colocar un pan debajo de la mesa o dejarlo caer al suelo es de mala suerte?
¿Derramar el vino es de mala suerte?
¿Tocar madera es de buena suerte?
¿Poner la cama con los pies hacia la puerta, es de mala suerte?
¿Bajarse de la cama con el pie izquierdo es de mala suerte?
¿Los martes y 13 son de mala suerte?
¿Besarse los novios al final de la ceremonia es de buena suerte?
¿Entrar al nuevo hogar alzando a la novia es de buena suerte?
¿Irse de luna de miel es de buena suerte?
¿El perejil es de buena suerte?
¿Taparse la boca cuando uno bosteza es de buena suerte porque ahuyenta al demonio?
¿Cruzar los dedos es de buena suerte?
¿Uno se debe llevar una escoba usada cuando se cambia de casa, porque es de buena suerte?
¿Se debe poner un cactus en la ventana porque es de buena suerte?
¿Es de buena suerte tocar la joroba de un jorobado?
¿Restregar los billetes de lotería en la panza de las embarazadas es de buena suerte?
¿Ver una rata es de mala suerte?
¿No se debe regalar objetos con ruedas a los recien nacidos, pues es desearles la muerte?
¿Una pestaña caída es de buena suerte?
¿Sentir un zumbido en los oídos es de buena suerte?
¿Tirar monedas en las fuentes o pozos es de buena suerte?
¿Si uno sin querer se pone la ropa al revés, recibirá un regalo sorpresa?
¿Si uno se pega en el codo y le da un calambre, recibirá dinero?
¿No se deben regalar objetos punzocortantes porque se pierden las amistades?
¿Las rosas rojas significan amor apasionado?
¿Las blancas, amor sincero?
¿Las rosas rosas, cariño?
¿Las rosas amarillas, odio?

y la pregunta que mas reverbera en mí cabeza:

Si la lechuza canta ¿muere el indio?

¡Oh mísero de mí! ¡Y es que es tanta mi ignorancia…!

miércoles, 15 de julio de 2009

Las cartas

Las cartas: Las picas, los tréboles, las espadas, los diamantes, las copas, los oros. Los números, las figuras. El amor, la riqueza, el trabajo, la salud, los viajes, los deseos, los problemas, el sexo, las repulsiones, los males, la incertidumbre, los principios y los fines de las cosas. Todo se juega simbólicamente en los juegos de cartas.

Creo que la pulsión que a todos nos mueve al jugar a las cartas, es encontrarnos vencedores después de haber jugado con aquello que se considera lo más importante en la vida. Creo que lo que se oculta detrás del juego de las cartas, es nuestro deseo de transformar un momento de valor inútil y azaroso, en un momento memorable y trascendente, al ser tocados por la buena suerte. Ganarle al adversario, habiendo sido elegidos por la buena fortuna como sus favoritos, en la creencia de que podemos controlar el destino y el azar con el poder conferido a cuatro palos de baraja, creo yo, es el sentido del juego de cartas.

Las cartas son los avatares que nos llevan a una dimensión de fantasía en donde se juegan simbólicamente los valores de la vida. Sin embargo, para que este sistema de fantasía pueda desarrollar plenamente su fuerza emotiva en nosotros, es necesaria un ancla en este mundo real, y esa ancla de realidad, es el dinero. La posibilidad de ganar o perder dinero es lo que nos devuelve a la realidad, porque el dinero contamina lo ilusorio de ese sistema de valores imaginarios. El dinero mancha de realidad a esa dimensión de fantasía. El dinero es lo que le da el sentido último al juego de cartas, por su trascendencia morbosa, mundana y práctica, porque jugando sin arriesgar los símbolos de los valores que más queremos podemos ganar o perder, realmente, dinero.

Yo comparto con el inconciente colectivo el atavismo de que las cartas simbolizan los valores de la vida y que sus palos nos pueden decir tanto como los palos que nos da la vida misma; pero jugar y apostar, no puedo. Mi sentido del juego es más lúdico. A mí, por ejemplo, me divierte mucho más leer las cartas con las que se gana o pierde cada partida, como si fueran el resultado de una etapa de la vida de cada jugador. A mí me divierte más jugar a las cartas y leer las manos con las que se gana o pierde, como si fueran los titulares de los periódicos en un mundo paralelo, por ejemplo:

Un par de espadas mata al Rey de oros y se lleva las apuestas.
¡Qué manera de perder! Un póquer cae redondito por el farol de un par de jotos, uno era de picas y otro de corazones.
Gana como naco, a lo hortera, se regodea con su escalera de color con diamantes.
Un comodín con varias copas y sin juego, apuesta fuerte y le gana la partida a un par de Ases.
Increíble pero cierto: Tiene en sus manos una Flor imperial.
Par de damas y trío hacen un full, ¡pagaron por ver!


Yo no juego a las cartas porque no me gusta jugar y apostar. Apostar en el juego más que emocionarme me pone de malas. A mí el dinero no logra sacarme de la dimensión del mundo imaginario y perder dinero de ésta manera, me desquicia.

Yo no juego a las cartas. Pero para compensar, como ya les dije: las leo, me las leo.

He de decir que las cartas, cuando me las leo, a mí nunca me predicen nada, ni remotamente, pero si que me dan una idea de por dónde andan mis miedos, mis confusiones, mis juegos mentales, mis ansiedades, mis negligencias, mis odios y mis amores, mis temores, mis ofuscaciones, mis esperanzas, mis ilusiones. Nunca las cartas cuando me las echo me predicen nada sobre mi destino, ni remotamente, pero si que me dicen qué tan atoradas andan mis emociones o mis sentimientos, o qué tan sueltas andan mis manías, mis obsesiones, mis aberraciones, mis vanalidades, mis fatuidades, mis pecados capitales. Nunca me predicen nada, pero sí que saben mostrarme el lado oscuro, profundo y atávico de mí mismo. Sí que saben hablarle a ese mi ser necesitado de un confidente secreto y mudo que se trague mis secretos en el justo momento en que recojo las cartas esparcidas en hileras y columnas.

Yo prefiero echarme las cartas, repito, para revisar, jugando, mi mapa mental. Pero eso de jugar y apostar, no más no puedo, aunque me señalen, juzguen y critiquen.

Dicen los jugadores que me juzgan y critican que por no apostar en el juego o no jugar apostando, dejo ver que soy de los que no arriesgan en la vida. De los que juegan a no perder. De los que nunca ganan. Dice la gente común y corriente que soy un aburrido. Que no me gusta competir. Dicen los psicólogos y los psicoanalistas que no sé liberar mis emociones contenidas, que no sé vivir en sociedad, que no sé pelear, retar, tolerar, perder. Que no sé nada de interacciones sociales, ni cómo canalizarlas ni como manejarlas. Que mi tolerancia a la frustración está de la patada. Que confundo el sentido del juego con la realidad.

Jugar y apostar, en verdad, con eso, no más no puedo. Prefiero leerme las cartas.

Total, de todos modos, las méndigas cartas, cada vez que me las eche, terminarán diciéndome exactamente lo mismo que los que me critican.

miércoles, 8 de julio de 2009

Adivinanza

¿Puede una ilusión soñar que existe?
¿Dónde estabas antes de que te concibieran?
¿Qué soñabas?



Adivina adivinador, porqué la solución:

No es hurgar, sino ventilar
No es ventilar, sino limpiar
No es limpiar, sino escombrar
No es escombrar, sino escoger.

Y porqué la solución,

No es escoger, sino decidir
No es decidir, sino aceptar
No es aceptar, sino tolerar
No es tolerar, sino asumir.

Dime tú adivinador, porqué la solución:

No es asumir, sino responder
No es responder, sino mantener
No es mantener, sino cuidar
No es cuidar, sino atender

Y porqué la solución, adivinador,

No es atender, sino ofrecer
No es ofrecer, sino compartir
No es compartir, sino preguntar
No es preguntar, sino escuchar

Adivina adivinador, porqué la solución:

No es escuchar, sino transigir
No es transigir, sino acordar
No es acordar, sino respetar
y no es respetar, sino recordar …

Recordar que la vida es una adivinanza.

Adivina tú, adivinador.