viernes, 11 de noviembre de 2011

Andanzas tras un poema

Andaré el día, como todos los días,
desde el alba hasta el ocaso,
siguiendo tus pasos, buscando tu rastro;
aunque sepa bien, que si te encuentro,
no serás nunca mía.

Andaré el día, como todos los días,
buscándote en la cara oculta de la luna,
en los lugares comunes, en las estrellas, en el cielo,
o en la sencillez de los milagros que nos da la vida...

y si te encuentro,
mi música musa mujer poema,
aún sabiendo que no serás nunca mía,
aún sabiendo que eres más del cielo,
del firmamento, de los milagros de la vida...

Déjame por favor, mi música musa
mujer poema, destino razón de mi locura,
déjame entonces dejarte un beso tierno
en la palma de la mano
y déjame después verte partir
sin pedirte nada a cambio.

que yo andaré mañana
de nuevo el día
desde el alba hasta el ocaso
buscándote, a tí, siempre a tí,
mi música musa mujer poema,
para decirte, sólo para decirte...

que te amo, que te he amado
que te amaré, a tí, a tí,
mi música musa mujer poema,
sin condiciones, por siempre jamás
y en cada momento... de mis días.

4 comentarios:

Miranda Hooker dijo...

Que tu musa y tú se encuentren en lo sutil y en lo manifiesto, que se inspiren mutuamente, que haya verso y armonía.

Y que el amor sea tanto, tanto, que vuelen libres, dispersos. Y, en gozosa causalidad, repitan el ciclo de coincidir.

Princess dijo...

Quisiera conocer a la musa inspiradora de este bello y profundo poema

Miranda Hooker dijo...

Ahora que lo releo, oí tu voz cantándolo. ¿Ya tiene música?

Anónimo dijo...

Creo que la musa está profundamente enamorada de tí, pero se "da a desear". Tú cortéjala, que eso, estoy segura, le encanta.