Yo por eso adoro a mis dos incondicionales, que aunque a veces parece una y a veces ninguna -porque se olvidan de poner sus comentarios, o no los ponen porque no les gusta mi entrada y no me lo dicen, cosa que supongo por lógica y básica inferencia - ellas siguen ahí...y se les agradece, porque eso...en este mundo de acechanzas e infidelidades, sabemos, hay mucho traidor rondando internet.
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2 comentarios:
Yo he llegado a la conclusión de en un blog hay quien lee y quien nomás ciber-ojea. Eso a veces me cae mal, me consuela, me enoja, me motiva y no sé qué pensar.
Será que somos de una especie muy conectada, como unos enchufa-bloggers. O gente que no nos creemos mucho que este medio es sólo virtual y en realidad no existe y todas nuestras palabras están perdidas en el infinito y por lo tanto, dejar o no dejar comentario ni siquiera es la cuestión.
A mi me gusta mucho saber que tú me lees y yo comento todo lo que puedo. Mis silencios comentarísticos son muestra de respeto a tu intimidad.
Enchufa-bloggers del mundo, unámonos!
¡no veas lo que me gustan los chistes de Forges!
Bonito, yo casi siempre te hago llegar mis comentarios, aunque a veces no los escriba.
Me pasa lo mismo que a Miranda. Me callo cuando creo que has escrito algo muy personal o que va dirigido a alguien concreto.
Gracias por esta entrada-homenaje, ganada a pulso al cincuenta por ciento.
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