...que no me cuadran sobre la vida eterna.
A ver.
A mayor cantidad, menor valor.
A mayor valor, menor cantidad.
y,si el tiempo es vida...
Entonces, en la vida eterna, el tiempo, habiendo tantísimo y tan sobrado, y dadas las leyes de la oferta y la demanda ¿Seguirá valiendo oro? o ya no vale para nada. Y, si como se dice, "el tiempo es vida",entonces, en la vida eterna,por esas mismas leyes, sería todavía más válido afirmar que "la vida no vale nada".
Eso es lo que no me cuadra.
A ver: Si por estos supuestos básicos de las leyes del mercado sobre la superabundancia de oferta eterna de tiempo y vida, entonces ¿Qué de atractivo tiene vivir eternamente en el paraíso si no vale para nada?
- Consideración aparte:
En la vida eterna ¿Se necesita razonar?
¿Para qué?
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3 comentarios:
La ley de la oferta y la demanda es una ley básica de la economía de mercado, pero ten en cuenta que sirve para determinar el precio de un bien, no su valor.
... y no se debe confundir valor y precio.
Concuerdo con Ana en la diferencia entre valor y precio.
Por fortuna en la vida eterna no se requiere razonar. Imagínate pasar la eternidad entre silogismos.
La ley de la oferta y de la demanda no es una ley absoluta, existen excepciones donde el producto que se oferta es llamado "bien insencible" y la persona que compra "consumidor insencible".
Un consumidor insencible es aquella persona que desea seguir consumiendo el producto sin considerar el costo.
Un bien insencible es aquel bien que se comprará sin importar el costo.
Un ejemplo de consumidor insencible son los fumadores empedernidos, frecuentemente comprarán tabaco sin pensar en el aumento de costo. Pero los no fumadores convencidos tambien son insencibles, no fumaran aunque sea gratis.
Un ejemplo de bien insencible es el agua potable, no importa cuanto cuesta porque nadie dejará de consumirla. Es por ello que los gobiernos y las empresas se pelean a muerte por la privatización del agua. Para mayor referencia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Agua_%28Bolivia%29
Pero volviendo al tema; si el bien a vender, o sea el tiempo de vida, fuera infinitamente abundante entonces seguiría siendo valioso porque sería un bien insencible. Es decir, existirian personas que lo consumirian sin importar su abundancia o escases.
En conclusión, la vida eterna solo sería atractiva para aquellas personas que tuvieran interes en seguir viviendo, el resto serían candidatos a la eutanasia.
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