jueves, 17 de febrero de 2011

Pata de perro

Hace nada, una gitana, tomándome de las manos, me hizo recordar una parte de mi vida y yo la recordé en canciones.

Me acordé de mí hace tiempo, cuando era una pata de perro callejero.

Fue un momento fugaz y mágico. Llegaron a mi mente desbocadas cinco o seis canciones que hace mucho, ya no canto. Canciones que canté y canté y que después,cuando dejé la calle, guardé. Canciones que haciéndome el triste, haciéndome el lobo,se iban conmigo, en noches perdidas de estar sin amigos, como diría Silvio. Canciones que al tratar de volverlas a cantar, apenas si las recordé a trozos, entre tarareos y frases, en oraciónes cortadas.

Fueron varias canciones, cinco o seis, y solamente, ésta de Serrat,fue la única que recordé completa.



La de "El Huerto", la recordé a retazos.
Es curioso,es de un amigo de mi hermano Pepe, pero yo se la escuché por primera vez a mi amigo Marco Blues, compañero de farras, a quién dejé de ver cuando me quité de la calle.



...y estas de Rockdrigo, qué pena, caray...¿Cómo he podido olvidarlas?

Rockdrigo González, el profeta del Nopal, fue uno de los iniciadores del rock urbano mexicano. Cantar en la calle y no saberse al menos tres de sus canciones, era como pretender hacer la primera comunión sin saberse el Credo, el Padre Nuestro y el Ave María.
Rockdrigo era un referente. Trabajaba, componía, cantaba y tocaba en la calle. Hablaba como la gente y cosas de la gente, de esa gente común cotidiana que te encuentras en el autobús, los parques, las fábricas, las oficinas. Gente como tú y yo,exactamente como nosotros, tú y yo.



Era un tipo verdaderamente auténtico, respetado y admirado por los que frecuentábamos las calles; porque sabía transformar en imágenes y música, "las verdades más sabidas". Esas verdades no ocultas, sino ocultadas por las máscaras y antifaces de una sociedad jerarquizada y sobreafectada por la hipocresía de las buenas maneras, las buenas costumbres y la decencia.



Rockdrigo, que yo sepa, no pretendía cambiar al mundo. Solamente cantaba y narraba lo que veía, lo que sentía y lo que resultaba de esa mescolanza, en base diaria.



Rockdrigo, fue uno de los pioneros en eso de hacer rock urbano.
Empezó como huapanguero-blues urbano (era de Tampico) y poco a poco evolucionó hasta acomodarse en el blues-rock. Dejó un legado de canciones de las cuales muchos grupos de rock urbano han hecho distintas versiones. Canciones que se siguen cantando hoy en día, por seguir vigentes.

Rockdrigo abrío las coladeras para que la cultura urbana mexicana de masas brotara a la superficie, sin que se asustara la gente bien. A Rockdrigo muchos le deben una puerta abierta como el Tri, Heavy Nopal y todos ellos, sin menospreciar, claro esta, lo que ellos también aportaron.

Rockdrigo, era un "underground" completo. Vivió underground y murió underground.
Cuando empezaba a despuntar, cuando la vida, despúes de muchos trances,le empezaba a pagar por su coherencia y su congruencia, el destino, de muy mala manera, le echó por tierra todo lo logrado. Rockdrigo murió en el temblor del 85, sepultado entre los escombros de una ciudad a la que él tanta vida le había dado.



Rockdrigo vivió la crudeza de la calle, y hoy, sus canciones gozan del glamur de las salas de conciertos.

Tuve la oportunidad de coincidir en una "reunión" con él. Rockdrigo es de las pocas personas que me han impresionado indeleblemente al conocerlas...con 23 años, yo quería ser como él.

Hace nada,les digo, regresé a la casa agradeciendo al universo, por haber puesto a esa gitana en mi camino. Como si la fortuna me quisiera decir algo, mis manos entre sus manos me hicieron recordar emocionado, que yo hace tiempo era una pata de perro callejero, libre, dueño de mi vida, de mi tiempo, de mi aliento, de mi rumbo. Las canciones que me acompañaban entonces vinieron en tropel para celebrarlo...pero yo...para su desgracia, ya las había olvidado.

Qué pena...¿Cómo pude olvidarlas?

¿Saben? aprenderme aquellas canciones, que me liberaron en su momento, fue un catalizador para ser lo que fuí...y por olvidarlas, es evidente, ahora soy lo que he dejado de ser.

Esa tarde regresé a la casa preguntándome ¿Cómo pude olvidarlas? Carajo ¿En dónde puse lo hallado? Porqué me olvidé de tantas " noches y noches de estar sin amigos, haciéndome el triste, haciéndome el lobo".



¿Porqué me olvidé de que a la muerte se le vence, con lo que se lleva puesto, con lo vivido,con lo sentido, con lo compartido, con lo andado, lo vagabundeado, porque me olvide de mi suerte...de todo lo cantado?

Por esos distantes instantes olvidados, lloré una vez más,guitarra en mano,..por haberme olvidado de todas esas, aquellas,las que eran...mis canciones compañeras.

1 comentario:

Miranda Hooker dijo...

Todos los cantos tienen su lugar y su momento. Hay unos que quedan de piel y otros de abrigo, según la estación del alma en la que se esté.

Estas, en su momento, fueron tus compañeras. Que la hayas olvidado sólo significa que eres más que la suma de tus canciones y todas las calles recorridas. Y por eso, puedes volver a ellas todas las veces necesarias...

¿Hasta dónde se resiente lo vivido? Nadie sabe.

Mientras haya guitarra y llanto para sacudirse los escombros, hay camino. Sé pata de lobo. Aulla y levántate.