Un comedor es
caos, es entropía,
es un espacio sin
tiempo para el orden y la limpieza.
Un comedor per se,
es paso fugaz de
bebidas y alimentos
convertidos de
súbito
en un torbellino
de basura
imposible de controlar.
imposible de controlar.
Sin embargo,
(a pesar de ese vendaval de desperdicios
y en contra de
su esencia entrópica y caótica)
en el comedor en
donde yo como
no hay vasos sucios ni platos usados
ni cubiertos mugrosos ni migajas
no hay vasos sucios ni platos usados
ni cubiertos mugrosos ni migajas
ni gotas
anquilosadas de coca-cola, cola-cao o café
no hay servilletas
malolientes hechas bola
ni sobre las
mesas ni tiradas en el suelo.
relucen el orden y la limpieza.
Por eso me
maravillo tanto de este comedor
porque si está
ordenado y limpio
es por alguien
inadvertido y
cotidiano,
que con sus
manos, con su respiración,
su energía,
(libre de
jactancias y sin esperar reconocimiento)
está generando
estética, orden y
limpieza.
Es la sutil magia
de alguien
que al darse
dando sin descubrirse
hace de su quehacer
un arte
para que vivamos
todos
en gracia y en
armonía con el universo.
se lo aplaudo y
se lo agradezco.
Y si y sábelo bien, eres tú…
1 comentario:
¡Cuánto amor en hay en el gesto cotidiano de ordenar el comedor! Magnánimos los ojos que lo aprecian.
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