lunes, 15 de abril de 2013

Maga blanca, magia limpia...

Un comedor es caos, es entropía,
es un espacio sin tiempo para el orden y la limpieza. 
Un comedor per se,
es paso fugaz de bebidas y alimentos
convertidos de súbito
en un torbellino de basura 
imposible de controlar.
Sin embargo,
(a pesar de ese vendaval de desperdicios
y en contra de su esencia entrópica y caótica)
en el comedor en donde yo como
no hay vasos sucios ni platos usados 
ni cubiertos mugrosos ni migajas
ni gotas anquilosadas de coca-cola, cola-cao o café
no hay servilletas malolientes hechas bola
ni sobre las mesas ni tiradas en el suelo.
En este comedor
relucen  el orden y la limpieza.
Por eso me maravillo tanto de este comedor
porque si está ordenado y limpio
es por alguien
inadvertido y cotidiano,
que con sus manos, con su respiración,
su energía,
(libre de jactancias y sin esperar reconocimiento)
está generando
estética, orden y limpieza.
Es la sutil magia de alguien
que al darse dando sin descubrirse
hace de su quehacer un arte
para que vivamos todos
en gracia y en armonía con el universo.
y yo desde aquí,
se lo aplaudo y se lo agradezco.

Y si y sábelo bien, eres tú…

1 comentario:

Miranda Hooker dijo...

¡Cuánto amor en hay en el gesto cotidiano de ordenar el comedor! Magnánimos los ojos que lo aprecian.