miércoles, 9 de enero de 2013

Dos lunas....


Hace muchos años estuve frente al mar de Cortés, cerca de Bahía Kino. Era de noche muy noche y había una luna llena, muy llena. El mar estaba  realmente negro y embravecido.

Estaba yo sentado en una pequeña ensenada, acompañando en su juerga a un pescador.

Bebíamos  cervezas. El pescador estaba ya bebido y entre rabia y broma insultaba a la luna porque no había podido salir a pescar. Él pescaba en las noches sepa dios qué bicho marino y dado que la luna alebrestaba al mar, por eso de las mareas, él le soltaba sendos insultos de borracho por convertir al mar en su enemigo.

Yo estaba tranquilo sentado en la ensenada aquella, divirtiéndome de buena gana con las blasfemias del pescador y quitándome el calor de la noche a punta de brisa de mar y de cervezas.

Yo lo escuchaba y a la vez que lo escuchaba, veía a lo lejos dos enormes lunas llenas. Una fija en el firmamento, y la otra reflejada entre la fuerza del mar batiendo; y viendo a las lunas y escuchando al pescador, pensaba que así sería yo por mis adentros, como esas lunas llenas, ambas sin luz reflejando la luz del exterior. Una, la del sol; la otra, la que reflejaba ella misma en el mar.

Eso pensaba entonces y gracias a ti que estas aquí, leyendo, lo recuerdo ahora, que mis adentros sólo son reflejos de lo que pasa afuera de lo que me pasa adentro… como en aquel entonces, en aquella ensenada, yo por dentro,  ecuánime y disfrutando, y el pobre pescador afuera, frustrado y rabiando; o como tú ahí, ahora, viéndome por dentro, y yo que me asomo afuera, buscándote a ti aquí, ahora,en este momento, haciendo los dos, dos lunas llenas, reflejándonos ambos, por fuera y por dentro. 

3 comentarios:

Ana dijo...

Si, reflejándonos en espejos

a veces planos

otras, cóncavos

en ocasiones, convexos

Gracias por seguir

Miranda Hooker dijo...

Grato es que, en la frenética búsqueda por el alimento (el de cada día, el difícil de asir, el más hondo) haya espacios como este. Para coincidir.

Grato. Gracias a tí.

Anónimo dijo...

Tenía que ser frente a las "playas del mar bermejo" como decía un antiguo cronista cuando hablaba de las aguas del mar de Cortés, donde te inspiraras para hacer esta bella reflexión.
Cada vez entiendo más por qué la luna es un elemento frecuente en tus escritos.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo
Julieta