domingo, 4 de diciembre de 2011

En caja fuerte.

- Buenos dias.
- Buenas noches.
- ¿Cómo estas?
-¿Cómo te sientes?
- ¿Cómo te fué?
- ¿Caminamos?
- Dáme tu mano.
- Discúlpame, lo siento.
- ¿Lo hablamos?
- Te equivocaste.
- No importa, sigamos.
- Tienes otra oportunidad.
- Sé tú cual eres, como eres, como quieras ser.
- Por mí no cambies.
- Nada te pido, dáme de tí lo que quieras.
- Es tu decisión, te apoyo.
- ¿Cómo, dime tú?
- Te perdono.
- Lo entiendo.
- No pasa nada.
- Apaga y ven...te espero.
- Tu me entiendes.
- Como tú, nadie.
- Contigo hasta el final.
- ¿Te acuerdas?
- Abrázame.
- Dáme un beso.
- Dáme otro.
- ¿Quieres?
- ¿Qué piensas?
-¿Qué sientes?
- ¿Cuál ha sido tu experiencia?
- ¿Te ayudo?
- ¿Porqué, porqué, porqué?
- Y ahora ¿hacia dónde vamos?
- Te sigo.
- Sí, sí, sí, sí... y después ya veremos ...
- Quiero estar contigo.
- Me gusta estar contigo.
- Quédate.
- ¡¡¡Qué bien te ves!!!
- ¡¡¡Me encantas!!!
- Te deseo.
- Hagamos el amor.
- Por favor.
- Te invito.
- Pide, yo pago.
- Ayúdame, no puedo.
- ¿Voy por tí?
- ¿Paso por tí?
- ¿Te espero?
- Te espero.
- ¿Me ayudas?
- Confío en tí.
- Me llenas.
- Me tienes.
- Te quiero.
- Te pienso.
- Te siento.
- No sabes cuánto te extraño.
- ¿Cómo estas?
- ¿Qué necesitas?
- Quiero verte.
-¿Cuándo te veo?
- Gracias, corazón.
- Te amo.

Quien tenga todo esto,
que lo guarde en caja fuerte
Pues si le falta, verá,
que tiene más joyas,
que las que la Corona tiene.

4 comentarios:

princess dijo...

Volviendo al tema de cajas ... mmmm
o qué?
Yo sí tengo un gran tesoro, no son joyas, pero para mí vale más que oro molido.

Ana dijo...

Guardar en una caja fuerte me suena a atesorar, a negar la posibilidad de rentabilizar lo guardado..... y no me gusta.

Si se tiene algo así, creo que lo mejor es disfrutarlo.

...y si no se tiene, es inútil añorarlo. Mejor intentar disfrutar de otras mil doscientas cosas que nos ofrece la vida.

Miranda Hooker dijo...

Yo no lo tengo, porque no lo poseo, ni me posee. Llegó a mi caja cuando la dejé abierta cuando vacié su contenido, para renovarlo.
Cada día miro el milagro de su existencia, agradecida.
Es la única riqueza que me importa.

Anónimo dijo...

Ya había olvidado que tenía ese tesoro; entonces busqué mi caja fuerte, la abrí y allí estaba, un poco deteriorado por el tiempo, pero sin dejar de ser, al fin, un tesoro.
Sentí nostalgia, cerré la caja, suspiré hondo y me fui a la cocina a hacer la cena.

Julieta